29 Sep Cómo transformar espacios residuales en espacios de valor añadido
Los activos inmobiliarios son un elemento fundamental para cualquier organización, no sólo por la fuerte inversión que requieren, sino por el importante impacto que supone para los resultados de la entidad. En este contexto, la optimización de los metros cuadrados, reduciendo al mínimo los espacios residuales, se convierte en algo esencial.
Es inevitable que, tras establecer la zonificación de los espacios y los principales recorridos del ámbito de trabajo, resulten una serie de áreas intermedias que terminen siendo relegadas a un segundo plano. Estos metros cuadrados, a priori perdidos, podrían convertirse en zonas de apoyo a las áreas de trabajo, favoreciendo las necesidades durante la jornada laboral, o como colchón acústico entre las zonas de máxima densidad de circulación (núcleos de comunicación, accesos, etc.) y los espacios operativos.
La distribución de las oficinas de Galias como ejemplo de colchón acústico. Fuente: Plataforma Arquitectura
Nuevos usos a viejos espacios
Con la nueva tendencia en el diseño de oficinas abiertas en las que debe primar la funcionalidad frente a la jerarquía, surgen nuevas necesidades de usos que no necesariamente requieren una mayor superficie. Espacios para reuniones informales, trabajo concentrado, áreas de descanso o cabinas para conversaciones telefónicas, requieren pocos metros cuadrados pero aportan un valor añadido.
Fuente: Plataforma Arquitectura
Esos espacios que originalmente pasarían a ser residuales pueden ser aprovechados con el simple gesto de iluminarlos o ubicar un mueble funcional que, por ejemplo, pueda ser utilizado como almacenaje de ropa y así eliminar los percheros aislados, o equiparlo con mobiliario confortable y componer una zona de descanso.
Fuente: Office Snapshots
Si a lo largo de nuestra vida pasamos alrededor de 8 años sentados en la oficina, los nuevos conceptos de arquitectura colaboran a hacer esta experiencia mucho más satisfactoria.
Fuente: Office Snapshots